viernes, 29 de diciembre de 2017

Todos somos machistas

¡Advertencia de contenido! 
En este post se discutirán temas tales como el patriarcado, violencia contra las mujeres, violencia sexual, cisheternonormativismo (por razones de simplificación nos centraremos en mujeres y hombres heterosexuales y cisgénero) y actitudes paternalistas.



"La otra única chica en la fiesta está hablando vehementemente sobre feminismo. 
El público: un mar de chistes machistas y gorras y vasos de plástico y... yo. Ellos miran boquiabiertos a su boca como si fuera un desagüe atascado con demasiadas opiniones. Le dedico una mirada empática y no digo nada. Esta casa es para mujeres de papel pintado. ¿Qué tiene de bueno un papel pintado que habla?  
Me quiero levantar, pero si lo hago, ¿qué silencio de mesa usarán estos chicos para apoyar sus pies? 
Estos chicos... 
Me quiero levantar, pero si lo hago, ¿qué pasa si alguien coge mi sitio? 
Me quiero levantar, pero si lo hago, ¿qué pasa si todo el mundo se da cuenta de que he estado sentada todo este tiempo?  
Estoy avergonzada de guardar mi feminismo en mi bolsillo hasta que es conveniente no guardarlo, como en competiciones de poesía o clases de género en la universidad. 
Hay días en los que quiero gustarle a los demás más de lo que quiero cambiar el mundo. 
Una vez perdoné a un violador porque tenía miedo de provocar drama en nuestro grupo de amigos. Dos semanas más tarde abusó de otra chica. Aún llevo la culpa en mi cartera. 
Hay días en los que me olvido de que tuvimos que inventar pintauñas que cambia de color en contacto con bebidas con drogas, y aplicaciones para ayudarnos a caminar a casa por las noches, y spray de pimienta en forma de pintalabios y ropa interior diseñada para evitar violaciones. 
Una vez un hombre tras de mí en un ascensor metió su mano debajo de mi falda y nadie a mi alrededor dijo nada. Así que no dije nada. Porque no quería montar una escena. 
Una vez un hombre adulto hizo de sus manos un collar para mi cuello y aún me provoca pesadillas que me despiertan entre sudores, llenas de todas las chicas de las que abusó después de que no lo denunciara. Todas más jóvenes que yo. 
¿Cómo se supone que he de perdonarme a mí misma en la boca del trauma? ¿No es el silencio activamente violento también? 
Una vez le dije a un chico que era fuerte y me dijo que me metiera en mis propios asuntos. 
Una vez un hombre me acusó de practicar hembrismo. "¿Te crees que puedes controlar el mundo?". Y yo dije, "No, yo solo quiero verlo. Solo necesito saber que está ahí para alguien." 
Una vez, mi padre me informó de que el sexismo ya no existe y me recordó que siempre debía llevar spray de pimienta conmigo en la misma frase. Aceptamos este constante estado de terror como otro simple componente de ser una chica. Nos enviamos mensajes cuando llegamos bien a casa y no se nos ocurre que no todos nuestros amigos tienen que hacer lo mismo. Tú podrías cortar a una mujer a la mitad y lo seguirían llamando un truco de magia, ¿no? Por eso nos has invitado aquí, ¿no es cierto? ¿Porque no hay espectáculo sin una bella ayudante? 
Estamos rodeados de chicos que cuelgan nuestras fotos desnudas y fantasean con asfixiarnos y ven películas en las que nos matan. Somos las hijas de hombres que nos advirtieron sobre las noticias, y las chicas desaparecidas. y el filo tan agudo de este mundo. Nos suplicaron que tuviéramos cuidado. Que nos mantuviéramos a salvo. 
Después les dijeron a nuestros hermanos que salieran a jugar."
Blythe Baird, 'Pocket-Sized Feminism'

Este es uno de mis poemas favoritos, de una de mis poetas favoritas, y recomiendo vehementemente que miréis un poco su trabajo. Podréis verla interpretando sus poemas en YouTube, pero también podréis encontrar transcripciones en Google y su libro, 'Give Me a God I Can Relate To' (Dame un Dios con el que pueda conectar) está en Amazon.

Mi interpretación de este poema en particular es complicada, y podría estar horas discutiéndolo, pero me quiero centrar en la parte final, cuando habla de aquellos hombres que niegan que un sistema tal como el patriarcado exista ("eso a ver, existe en Africa y en la India y así pero no aquí", como dicen tantos) pero después su comportamiento es un claro reflejo del sistema: bromas, comentarios, comportamientos, actitudes que victimizan a la mujer por cosas como la ropa que llevan, cuanto maquillaje se ponen o los términos de sus vidas sexuales. 

Supongo que esto es algo que os habrá pasado a muchas. El mismo (si se me permite utilizar este término) panoli que dice que nunca sería capaz de salir con una tía que se a liado con X número de tíos o que dice que las mujeres 'oBjeTIvaMenTe' conducen peor; o el mismo tío que presume de haberse liado con tal y cual el sábado pasado cuando ella estaba tan borracha que lo confundió con su novio (¡historia real!) es el mismo que después te dice (cheo de razón) que las feministas son unas locas que se inventan todo. Que España es el primer mundo, hombre. Además, que "últimamente los oprimidos son ellos". Esto está relacionado con un test de análisis cultural que me gusta mucho (ya haré un post exclusivamente sobre la importancia de las críticas culturales y los 'test feministas') que se llama 'El test de Furiosa'.



Seguro que os sonará la película de 2015 Mad Max: Fury Road (una obra maestra cinematográfica que os recomiendo a pesar de su doloroso capacitismo). Esta película, un reboot de la franquicia de los 80 Mad Max protagonizada por Mel Gibson (ew), sorprendió (negativamente) a muchos de sus espectadores (hombres) cuando comprobaron que el héroe de la película no era Max (Tom Hardy ♥️) exclusivamente, sino que su compañera, Furiosa (Charlize Theron♥️) estaba en completa igualdad en cuando a tiempo en pantalla, heroicidad e importancia. Calificaron a la película de propaganda feminista e intentaron organizar un (fallido) boycott.

De esta película y la reacción de estos hombres-bebé nació el nombre de un nuevo test: el test Furiosa. Una película pasa este test si cabreó a un montón de señores en el internet por ser 'demasiado feminista'.

Pero esta película no muestra a las mujeres como seres superiores. No deja a las mujeres en mejor lugar, no les da más tiempo en pantalla. Los arcos de transformación más significativos de los personajes los sufren DOS personajes masculinos y UNO femenino. Pero bajo patriarcado, la igualdad es amenaza. Como el estereotipo de que las mujeres hablan mucho más que los hombres. Que no se pueden callar. ¿Os suena? Pues resulta que es mentira.

Este estereotipo fue explorado en un estudio del científico Dale Spencer en Australia, que usó grabaciones de vídeo y audio para determinar quién hablaba más en grupos mixtos en las discusiones en las clases de su universidad. Independientemente del ratio de mujeres y hombres (sin importar si había más señoras que señores) e independientemente de si el instructor intentaba o no promocionar la participación de las mujeres de la clase, los hombres siempre hablaban más, sin importar si la métrica era minutos hablados o número de palabras habladas. (Y esto lo podéis ver vosotros. Cuando os fui a ver, ¿quién hablaba más? ¿Quién estaba más cómodo compartiendo su opinión? ¿Quién hacía más preguntas?).

Lo más curioso de este estudio, señoras y señoras, era que los hombres que participaron en el estudio no tenían ni pajolera idea de lo mucho que hablaban. Cuando Spencer les pidió a sus estudiantes que evaluaran su percepción de quién había hablado más en determinadas conversaciones, las mujeres en general estuvieron bastante acertadas, pero los hombres no. Los participantes masculinos, de media, percibían una conversación igualitaria (50-50) cuando las mujeres hablaban el 15% del tiempo, y una conversación dominada por las participantes femeninas cuando ellas hablaban el 30% del tiempo.

En definitiva:




Esto es el patriarcado. Es convertir a la mujer en víctima de unas percepciones falsas, y fustigarla por ello. Es someter a la mujer a una violencia que después se niega, se esconde. Todos somos machistas porque estas percepciones son automáticas, enseñadas desde pequeños mediante comportamientos y actitudes y películas y anuncios. Escuchad a las mujeres de vuestro alrededor, informaros, investigad. Lo más seguro es que vosotros no tengáis el mismo acceso a los conocimientos y las experiencias que las mujeres tenemos por el simple hecho de nacer en el sistema. Chicos, preguntad a vuestras familiares y amigas sobre sus estrategias para llegar a casa por la noche solas. Sobre la primera vez que un hombre las acosó sexualmente en público. Lo más probable es que tengan una respuesta para vosotros.

Yo, para terminar, os puedo contar como elegí mi vestido de fin de año. Opté por algo más bien largo, sin escote, mangas largas y zapato plano... porque las últimas veces que salí con un modelito más corto, con más escote, tuve que soportar unas actitudes y unos comportamientos que este año prefiero no tener que soportar. E igual el año que viene me pondré el vestido más escandaloso que encuentre y les gritaré a todos los pulpos que se me aparezcan. Pero este año no tengo energía para más declaraciones políticas cuando me lo quiero pasar bien.

Y chicos, ¿cuándo fue la última vez que comprasteis una prenda de ropa teniendo en cuenta si esa ropa os iba a convertir en el blanco de acoso femenino?

Pues eso.

Malva Freire Regueira

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