domingo, 2 de abril de 2017

La filosofía de la mente.

La filosofía de la mente es un ámbito de reflexión filosófica que se ocupa de cuestiones relativas a los procesos mentales y su relación con el cuerpo humano (en especial el cerebro).
De una forma u otra, el dualismo en la concepción del ser humano ha existido desde la filosofía clásica hasta mediados de los cincuenta del siglo pasado. A tenor del mismo, mente y cerebro, espíritu y materia, son categorías ontológicamente distintas e irreductibles entre sí. Debe su conceptualización moderna a René Descartes, quien distingue entre una sustancia corpórea y una sustancia espiritual. Richard Swinburne bracea aquí contra corriente. Se trata, sin duda, del mayor esfuerzo que conocemos sobre el asentamiento científico y filosófico de la tesis dualista. Expuesto con un rigor y una profundidad que impide una lectura apresurada, demanda del lector una formación por encima de la media. Defiende el dualismo de sustancias (la teoría de que los humanos constan de una parte corporal y otra espiritual o mental) y presenta un alegato en pro de la libertad (los humanos poseen cierta libertad de escoger entre opciones alternativas, con independencia de las causas que influyan en ellas).
A lo largo de los últimos veinte años, la irrupción de la neurociencia ha transformado nuestra forma de entender el aprendizaje, la toma de decisiones, el yo o las vinculaciones sociales. Ello ha obligado a la filosofía a replantearse, con nuevos enfoques y nuevas bases, temas capitales de su acervo conceptual, desde la mente hasta la responsabilidad moral pasando por el libre albedrío. Suele decirse, con acierto dispar, que ello ha corrido parejo con una retirada de la filosofía que habría venido cediendo espacios a las ciencias experimentales; en un principio a la cosmología, química, biología o física y, en fechas más cercanas a la genética, la neurología y la etología. En concreto, la mente, antaño territorio acotado de la filosofía y la psicología especulativa, habría pasado al ámbito neurocientífico.
                                                                                                         
                                                                                                           Alejandro Rodríguez  1ºB

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